lunes, 3 de diciembre de 2012

MAS CERCA DE LA LUZ


                                                                               Yo soy la luz del mundo


La Luz de Jesús, energía viviente
“El joven” de esta historia, cuando “era”, se reunía con sus amigos, y había cometido pecados  a los ojos de Dios.
Pero como el mundo en general, vive en la “oscuridad” ya no puede ver la suciedad de los rincones de su alma, porque necesita de luz, luz espiritual.
Un día este joven, se encontró con la Palabra de Dios, Jesucristo, su Hijo Único, el que  dijo:“Yo soy la Luz del mundo” (Juan 8,12)“Esta luz brilla en la oscuridad” (Juan 1,5) -en la oscuridad del alma de los hombres.
“El joven” recibió/aceptó la Luz en   su   vida, -recibió a Cristo, dejando que le alumbre.
Y desde esa vez pudo ver lo que antes ya no veía más, los malos hechos del pasado, y por querer permanecer  con Cristo en su vida, realizó el acto de una entrega generosa a Él.
Lo que le comprometió a ir despojándose progresivamente de muchas  “cosas” que antes no los veía como malas.

“El hombre” que ya dejó de ser “El joven” físicamente, se iba compenetrando cada vez más en la vida de Jesucristo, y la vida del espíritu, este deseo hacía que aumente, progresivamente la Luz en su vida.

Aunque tuvo hasta ahora, una vida de entrega total al Señor, no ha dejado de haber obstáculos en su camino, que le hacían dar saltos y
tropiezos, esos que te impulsa a cometer errores, o pecados. Pero gracias a que estaba  iluminado por la Luz de Cristo, cada falta, lo reconocía como tal. 

Había  caídas, pero no abandonó su objetivo y era levantado nuevamente por las manos de Jesús el Señor.
Iba este hombre con fe y esperanza por la vida sirviendo al Señor, Y como seguía interesado por conocer cada vez más a Cristo,  necesitaba limpiarse y mantenerse limpio de acuerdo a su voluntad, porque le iluminaba aquella luz  que era la “Luz del mundo” (Juan 3,19).
        “El hombre”, se acercaba cada vez más a la Luz, y en consecuencia la Luz a él
       
La Luz fue aumentando su brillo, por esa causa encontraba otros lugares arrinconados donde las tinieblas escondían cosas que ya iban a quedar en el olvido, y la oscuridad de los rincones olvidados se disiparon, y se pudo ver los escombros escondidos. Y...¡que vergüenza ante el Señor.
Es como cuando llevás  una visita a tu casa, lo hacés pasar, encendé la luz, y descubrís que tenés la casa desarreglada, que no limpiaste, no tiraste las basuras, no sacaste las ropas sucias para cambiarlas por limpias, blanqueadas.  Te tomó de sorpresa, y te llenás de  vergüenza.

“El hombre” de la historia encontró en su vida muchas cosas feas, al tener más luz, que le avergonzó.     Decía entre sí, que antes no sentía tanto dolor por tan pequeñas cosas, ni por los grandes inclusive,  pero gracias a la buena luz, pudo empezar a limpiar la casa. Desde entonces cualquier basurita, le causaba malestar y vergüenza, aunque cumplía con los requisitos de la Iglesia, para el perdón, más las oraciones personales que hacía.

“El hombre” entonces, haciendo una profunda y sentida oración, pidió al Señor, Dios Padre ( Hijo), para que le haga sentir que ha sido limpiado/perdonado.
Al rato, sorprendido experimentó que le pasó ese sentimiento de vergüenza, es que fue disuelto sus faltas por la gracia del Hijo-Dios,
       
Doy fe que la historia de “aquel hombre” que aquí relato, es verdad.
Por eso:
“Feliz el que se mantiene despierto y conserva su ropa para que no ande desnudo y se vea sus vergüenzas” (*).     (Apocalipsis. 16,15)
Y si se ha ensuciado:
Felices los que lavan sus ropas, (apoc. 22,14)

 Juan apóstol preguntó:
¿“Quiénes son estos vestidos de blanco”?
El ángel dijo:
Estos son los que han lavado sus ropas y las han blanqueado con la sangre del Cordero” (Apoc. 7,13-14)
Las ropas blancas representan a los que han sido perdonados de sus pecados y redimididos por el sacrificio del Cordero.
Por eso dice, “felices los que conservan sus ropas”, los que se conservan limpios después de ser blanqueados por la Sangre del Cordero.

­­Nota: Las palabras Luz, vida y vergüenza, se repiten varias veces, porque protagonizan principales partes de la historia.

(*) La vergüenza se siente ante Dios, o Cristo, cuando en verdad lo aceptás en tu vida, y aunque no es visible, si creés que existe para ti , sabés que está ahí, en ti y ante ti mirándote, y una mala acción o sentimiento que ofende a Dios no lo podes dejar pasar desapercibido, te resulta necesario ponerte de vuelta justificado ante Él. -Ahora sí, ya no como antes; necesitás dolerte arrepentirte, confesarte, pedir perdón por las faltas, porque estás bajo la luz que deja en claro todas las cosas.(Hebreos 4,12-13)

Es muy presiso esta aclaración, porque se ajusta a la realidad actual.
Como por ejemplo:
(Caso real)
Sucedió que en una oficina de trabajo, un funcionario estaba leyendo la Biblia, teniéndola sobre el escritorio, pasando de largo frente a él un compañero, le dice, señalando a la Biblia:
“Yo no leo “eso”, porque me prohibe hacer esto, esto y esto” citando todas sus travesuras de pecado del mundo.
La realidad de esta actitud actual, con certeza ya había anunciado Jesús, hace 2000 años: “Los que hacen lo malo, odian la luz y no se acercan a ella para que no se vea lo malo que están haciendo” (S.Juan 3,20).

Quien en realidad desee limpiar los escombros de su casa espiritual,  solamente debe asir “la lámpara” en sus manos, y su intensa luz no solo alumbrará los lugares sucios, sino también por donde estén muy limpios, para que se vea que están limpios por falta de buenas obras.

Se traduce el mensaje, que, muchos prefieren no leer la Palabra, porque saben que le dirán cosas que prefieren no  saber(ver Mateo 13,13).


domingo, 2 de diciembre de 2012

POR QUÉ DIOS NO NOS CREÓ DIRECTAMENTE EN LA FELICIDAD DEL CIELO?


Cada tema presentado en esta página, es con el fin de ayudar a quienes estén interesados, como yo también, en comprender la Palabra de Dios, en el sentido espiritual, un poco más allá de lo que puede ser un simple ejemplo de vida como se presenta en las parábolas de Jesús; los símbolos, y signos en toda la Biblia.   

¿POR QUE DIOS NO NOS CREÓ
DIRECTAMENTE
EN LA FELICIDAD DEL CIELO?

Si Dios nos hubiera creado directamente en el cielo...

Con este Título y subtítulo el sacerdote  Pedro Chinaglia presenta un Artículo monologado en la Revista “Paraguay Misionero”, Nº. 173/2001.
Menciono al sacerdote P. Chinaglia y sus palabras, previamente solicitado su anuencia.

Dice el Artículo. “¿No habría sido más simple y fácil para nosotros, si  nos hubiera creado ya en la visión beatífica de Dios como los que gozan ahora los santos y los ángeles del cielo?” (copia literal)
 
El comentarista responde a la pregunta planteada, el motivo por el cual no puede ser así, Dice: “Consiste en que si uno comprara, una medalla, o trofeo para sí mismo como si hubiese competido y ganado el premio de una competencia en una olimpiada, sin haber participado en ella no tiene valor alguno”.
En realidad que si uno recibiera un trofeo sin haber participado en la competencia, o si tuviéramos las mejores calificaciones en un examen sin haber rendido, no nos daría eso la satisfacción plena, explica el Padre Chinaglia.

En las sagradas Escrituras, san Pablo dice algo semejante: “Que es necesario correr la carrera, la carrera cristiana, hasta llegar a la “meta” para recibir el premio, que dura para siempre. (1Corintios 9,24-25).

Y nosotros ya estamos acá, en el campo de las olimpiadas, en este mundo en donde nuestra misión, como cristianos  hijos de Dios nos corresponde, luchar en la vida, haciendo el bien, por amor, para ganar el premio del “cielo”, nuestra meta, el final de la “carrera”, que con nuestra muerte física, el espíritu (nosotros) volvemos a nuestra verdadera casa, porque  somos ciudadanos del cielo. (Filipenses  3,20-21)
 

¿FUE UN ERROR DE LACREACIÓN?

El tema cuestionado es: ¿por qué Dios no nos creó directamente en la felicidad del cielo?...

¿Se puede juzgar acaso a Dios que nos haya creado imperfectos, dejando en  nuestras propias manos ganarnos la santidad, sin saber cómo, y mientras que no lo consigamos, nos tendríamos que debatir entre la lucha y sufrimientos, entre las penas y alegrías para sobrevivir. Soportando todo con la fe en la esperanza de recibir el  premio al final de la meta?.



Pero la Palabra de Dios responde a la incógnita presentada.
¿No leemos en su Palabra que Dice: “Creó Dios a los primeros hombres, perfectos, a “su imagen y semejanza?” “Y todo lo que había creado era bueno,  y viendo que así fue, descansó”. (Génesis 2,1-3)

Pero aquellos “primeros hombres” que fueron creados perfectos y a su imagen y semejanza,  y que gozaban de su confianza en su misma presencia, pecaron contra Dios revelándose contra Él. Por ese motivo, “Dios los echó del “Paraíso” y los mandó a la tierra”. (Génesis 3,22.24)
“Para que en ella trabaje el hombre y con el sudor de su frente consiga su alimento, y la mujer deberá dar a luz con dolor”. (Génesis 3,15-24).
Pareciera que las palabras de éste texto presenta a Dios como a un Juez muy duro en su sentencia.

Pero somos humanos también, y desde nuestra limitada humanidad no podemos alcanzar a percibir los profundos misterios que existen en el reino espiritual. Desde aquí todo nos parece injusto, querríamos que las cosas fueran como nos parece mejor, según nuestro punto de vista, lo que es justo. Desde niño pensamos así. 


DIOS ES INFINITAMENTE BUENO

Si Dios es bueno, todo lo que  ha hecho  no puede haber sido nada más que bueno y perfecto,  si creemos que es infinito en:
Amor, belleza, bondad, Verdad, perfección, inteligencia, sabiduría, Misericordia, perdón y todos los atributos que podemos imaginarnos de un Dios Infinito.

¿Quiénes fueron entonces aquellos primeros hombres, creados a imagen y semejanza de Dios, que para la sencillez de la comprensión humana los primeros escritores bíblicos lo han simbolizado en la Biblia  como “Adán y Eva?”.-

De la sgte. manera Dios responde a la pregunta cuestionada en el título:
“Sí, yo los he creado, y directamente en el cielo”. (Paraíso)
“y si en el cielo los hice,  tienen que haber sido santos y perfectos, a mi propia imagen y semejanza los he creado” (Génesis 1,27)

Fuimos creados a su imagen y semejanza, el espíritu de vida, que nos hace ser lo que somos, una persona integrada con cuerpo, alma, espíritu.

       PENSAMIENTO

<Cuando el pecado del  hombre sea sustituido por la sinceridad que reconoce la Majestad del Creador divino, el hombre  percibirá junto con Dios, que nada de lo que Él  ha hecho, puede haber sido Jamás, nada más que bueno, y así, en la medida que el hombre fue hecho por Dios, sabrá que fue creado bueno.>
                                                                    Autor desconocido.